El sector cree que las costosas pruebas de Covid-19 harán menos accesibles los viajes lo que impedirá una recuperación satisfactoria

Cuatro de las principales partes del sector de la aviación -Líneas Aéreas del Reino Unido, la Asociación de Operadores Aeroportuarios (AOA), AGS y el Aeropuerto de Edimburgo- han pedido al gobierno escocés que solucione el problema de las costosas pruebas Covid-19 para los que regresan a Escocia desde el extranjero.

En comparación, los clientes que regresan a Inglaterra deben pagar una tasa mucho más baja, según las partes.

El 17 de mayo, Escocia adoptó el método del semáforo, que incorpora una lista de países con código rojo, ámbar y verde, muy similar a la versión del gobierno inglés.

En una declaración colectiva, cuatro directores ejecutivos - Tim Alderlade (Airlines UK), Derek Proven (AGS), Gordon Dewar (Aeropuerto de Edimburgo) y Karen Dee (AOA) - subrayaron que la nueva normativa "no es justa" para el público escocés.

Dijeron: "Esta falta de paridad con Inglaterra hará que mucha gente deje de viajar y supondrá un obstáculo real para los aeropuertos y las compañías aéreas que intentan restablecer su conectividad de forma segura. También empujará a los pasajeros a los aeropuertos de Inglaterra para evitar el coste del paquete de pruebas del Gobierno escocés, lo que significa que no recibirán ningún tipo de datos. Necesitamos urgentemente que el Gobierno revise sus directrices e introduzca un sistema de pruebas equitativo que no penalice a los pasajeros escoceses".

Aquellos que necesiten someterse a la prueba Covid-19 al volver a Escocia no pueden hacerlo con proveedores privados, a diferencia de lo que ocurre en Inglaterra.

Por lo tanto, cada cliente debe comprar un kit que cuesta 170 libras si viaja desde un país con código ámbar y 88 libras si regresa desde un destino con código verde. En cambio, algunas empresas privadas ofrecen estos servicios a partir de 20 libras.