Según un portavoz de la aerolínea, el superjumbo, G-XLEA (c/n 095), sufrió un "problema técnico menor" tras el despegue y "regresó al aeropuerto por precaución".

El BA207 partió del aeropuerto de Londres hacia las 12.40 hora local para un vuelo de nueve horas a la ciudad de Florida.

Aproximadamente una hora más tarde, mientras sobrevolaba el Atlántico a 36.000 pies de altura, el avión dio media vuelta y descendió a 31.000 pies. A continuación, se detuvo frente a la costa occidental de Irlanda durante unos 50 minutos. Se cree que durante este tiempo se vertió combustible.

A continuación se inició un nuevo descenso hasta los 25.000 pies antes de que el Airbus A380 iniciara otra retención, esta vez frente a la costa norte de Cornualles, que duró unas dos horas.

Tras alcanzar el peso de aterrizaje correcto, el vuelo se dirigió de nuevo a Heathrow y aterrizó sin contratiempos aproximadamente a las 18.15 hora local.

Un portavoz de British Airways declaró a Key.Aero: "Hemos pedido disculpas a nuestros clientes por el retraso de su viaje después de que su vuelo regresara al aeropuerto como medida de precaución tras los informes de un problema técnico menor. La seguridad de nuestros clientes y de la tripulación es siempre nuestra máxima prioridad y nunca operaríamos un vuelo si no fuera seguro hacerlo. Nuestros equipos están atendiendo a los clientes y se esforzarán por ponerles en camino lo antes posible".

Es la segunda vez esta semana que el vuelo 207 se ve obligado a desviarse. El lunes (19 de junio), el servicio -operado por G-XLEK (c/n 194)- aterrizó en Orlando debido a las tormentas que había en Miami en ese momento.

El G-XLEA, configurado para 469 pasajeros en una disposición de cuatro clases, se acerca a su décimo año de servicio con la aerolínea de bandera, ya que fue entregado por primera vez a BA el 3 de julio de 2013.