Las pruebas recientes fueron llevadas a cabo por un F-35B configurado para despegue corto y aterrizaje vertical (STOVL) a Mach 0,9 (1.111 km/h), marcando la liberación más rápida de una munición de prueba GBU-53/B StormBreaker desde un F-35 hasta la fecha. El éxito de estas pruebas fue revelado por Raytheon Missiles & Defense el 19 de septiembre.

La firma explicó que durante estas recientes pruebas, las dos armas se desplegaron con éxito con 30 minutos de diferencia y que los GBU-53/B tuvieron el comportamiento de vuelo que se esperaba de ellos. Según Raytheon, estos dos últimos lanzamientos de vehículos de prueba guiados por armas completan una serie de captura de siete disparos, lo que permite al programa de pruebas del F-35B pasar a la fase de pruebas de capacidad de las armas.

Comentando el éxito de estas recientes pruebas, Paul Ferraro - presidente de Air Power en Raytheon Missiles & Defense - dijo: "Ninguna otra arma aire-superficie de campo puede lograr lo que el StormBreaker puede hacer contra objetivos complejos en entornos disputados. Pruebas como ésta continúan el progreso de la integración del StormBreaker en las plataformas de quinta generación en un esfuerzo por conseguir esta capacidad tan necesaria para los combatientes estadounidenses y aliados lo antes posible."

Anteriormente conocida como la Bomba de Pequeño Diámetro II (SDB II), la StormBreaker está equipada con un cabezal buscador trimodal que incluye un radar de ondas milimétricas, que detecta y rastrea objetivos en todas las condiciones meteorológicas; un láser semiactivo, que permite a la munición rastrear un designador láser aerotransportado o terrestre; y capacidades de imagen infrarroja que proporcionan una mejor discriminación de objetivos. A pesar de su pequeño tamaño, la munición ha sido diseñada para su uso en distancias de separación para mejorar la supervivencia de la tripulación y puede atacar objetivos estáticos o móviles a distancias superiores a 45 millas.

El StormBreaker ya se ha integrado en el Boeing F-15E Strike Eagle y ha obtenido la aprobación para su uso operativo a bordo de este tipo de avión en septiembre de 2020. La Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) declaró la capacidad operativa inicial (IOC) a principios de este año. A medida que el programa StormBreaker sigue evolucionando, la hoja de ruta de integración de la plataforma tiene como objetivo ampliar el uso del arma a plataformas tripuladas y no tripuladas, incluido el Boeing F/A-18E/F Super Hornet.