En un comunicado de prensa emitido por la FAB el mismo día la fuerza aérea brasileña declaró que los dos A-29A/B interceptaron la aeronave utilitaria ligera (que se cree que es un Beechcraft Baron 58) sobre el estado de Mato Grosso do Sul aproximadamente a las 1236 horas (hora local). La FAB explicó que los Super Tucanos fueron movilizados para monitorear e interceptar la aeronave no autorizada, que no tenía plan de vuelo y fue clasificada como sospechosa después de que su piloto no respondiera a las llamadas de los pilotos de los A-29.

"Los pilotos de la FAB ordenaron el cambio de ruta y el aterrizaje obligatorio en un aeródromo específico", dijo la FAB. "Sin embargo, el piloto del avión interceptado no obedeció. Fue entonces necesario que la [aeronave] de defensa aérea ordenara el disparo de advertencia. Al no haber respuesta, la aeronave se consideró hostil y se llevaron a cabo los procedimientos de tiro de detención".

Tras el disparo de detención, la aeronave realizó un aterrizaje forzoso en el estado brasileño de São Paulo, entre las ciudades de Jales y Pontalinda. A partir de entonces, la Policía Federal brasileña se hizo cargo de la misión. La FAB informó de que dos personas escaparon de la aeronave derribada antes de que las fuerzas policiales llegaran al lugar y descubrieran que la aeronave transportaba aproximadamente 663 kg de pasta base de cocaína, que fue confiscada posteriormente.

Esta misión de vigilancia e interceptación formaba parte de la Operación Ostium, una misión conjunta de la FAB y la Policía Federal brasileña para frenar los actos ilícitos transfronterizos, como el contrabando de drogas.